Pensamientos sentidos

De nuevo, volvemos a pensar, a extraer conclusiones, erróneas o no. A no saber manejar situaciones que se escapan de las manos por momentos...Momentos en los que te empieza a caer alguna lagrimita de tristeza que no termina por derramar-se, por salir a la deriva, hacia afuera... Se queda adentro, sin saber bien como debe actuar.

Hoy te preguntas, ¿porqué? Porqué las cosas parece que cambien, pero resulta que hay momentos que se tuercen y no sabemos como ahuyentar o reconducir la situación para que no haga más daño y padecimiento a ti, y a las personas de tu alrededor. Hoy me pregunto ¿Porqué? Poniendo todos los esfuerzos, las cosas no acaban de salir del todo bien, y porque siempre acaba doliendo aquello que creaste en un principio con ilusión y esperanza, del corazón más puro que sólo quería asomar su color rojizo y pasional. 

La razón siempre gana al corazón o viceversa, de todas formas siempre acabas sintiendo éstas emociones que te destrozan el alma, esas emociones que no sabes porqué aparecen tan marcadas, si te has propuesto volver a saber lo más mínimo de ellas. 

Emociones puras y bonitas, son las que compartes con la persona de tu vida, o las personas que te acompañan en el camino del aprendizaje y del crecimiento para poder hacer las cosas cada vez un poco más mejor y con consciencia. Pero lo inesperado ocurre, cuando éstas emociones y sentimientos inocentes, se convierten en ira y toxicidad, ya no puedes controlarlos y no sabes como expresar claramente lo que piensas y anhelas, de la otra persona, de las situaciones, de LAS PERSONAS y del MUNDO en general.

¿Qué hacer cuando duele?

¿Qué hacer si no sabes?

¿Qué hacer si no hay respuesta?

Espero de los demás lo mismo que yo también haría, o espero una forma de comportamiento que puede que nunca llegue a mi proximidad vital. Pero hay momentos en los que no puedes ni quieres esto, ésta circunstancia que espanta a lo glorioso y quiere que se vaya durante un tiempo que se hace eterno, y sólo regresa cuando el ambiente encuentra su propia calma y paz exterior e interior. Pero siempre vuelve, la rabia negativa, siempre regresa a la raza humana que está fuera de su orden, que se encuentra en un caos del que es difícil salir si no se conocen las leyes del amor, del silencio harmonioso y de la comunicación fructífera.